Llevar una mascarilla se ha convertido en un hábito de protección contra el COVID necesario pero desafortunadamente, nuestra piel no se puede acostumbrar tan fácilmente y la sometemos a un estrés extraordinario ¿Notas enrojecimiento o granitos alrededor de la boca? Esto se debe a que la barrera cutánea está sufriendo.
¿Qué puedes hacer al respecto? En la siguiente publicación hemos reunido algunos consejos muy útiles para un tratamiento adecuado y recomendaciones en cuanto al uso correcto de las mascarillas para intentar reducir el impacto que sufre nuestra piel.
Efectos climáticos
Al hablar y respirar se concentran humedad y calor debajo de la mascarilla. Se forma una especie de cámara húmeda. La capa superior de la piel se hincha debido al «clima tropical» húmedo de la mascarilla y la barrera cutánea se vuelve permeable. Estos procesos debilitan importantes funciones de protección de la piel. Los gérmenes, que adoran el clima cálido y húmedo que se crea debajo de la mascarilla, penetran en la piel con mayor facilidad lo que a menudo causa irritación, enrojecimiento e impurezas varias como granitos.
Efectos mecánicos
Las mascarillas también causan una fricción mecánica sobre la piel. Si la piel presenta impurezas, estas se pueden irritar aún más del roce de la mascarilla. La secreción de impurezas se extiende y puede provocar una infección por frotis por lo que surgen aún más impurezas.
Cada tipo de piel reacciona de manera diferente al uso de estas mascarillas por lo tanto es muy importante prestar atención a las necesidades de cada piel y poder ofrecerla una solución específica.
- La piel seca o deshidratada puede volverse aún más seca y se pueden formar zonas escamosas debajo de la mascarilla.
- La piel grasa o con imperfecciones puede generar más granos. La piel sensible a menudo reacciona con irritación aguda.
- Los problemas de la piel que ya estaban presentes antes de usar la mascarilla se agravan. Sin embargo, también pueden surgir nuevos problemas por el uso de una mascarilla.
La limpieza del rostro por la mañana y por la noche en estos tiempos que vivimos es más importante que nunca. Debido a los gérmenes y otras secreciones que crecen debajo de la mascarilla, como el sudor y la piel muerta, es particularmente importante eliminar la suciedad de la piel para los productos de tratamiento actúen de forma adecuada. Por la mañana, las zonas de piel cubiertas por la mascarilla deben cuidarse siempre con texturas ligeras (incluso con piel deshidratada / seca). La mascarilla solo se debe poner cuando la piel esté ya limpia y tratada. Lo ideal es ponerse la mascarilla media hora después de haberla tratado.
Se recomienda mimar la piel especialmente por la noche con los mejores tratamientos intensivos ya que es el único momento del día en el que no vamos a utilizar mascarilla.
Asegúrese de lavarse las manos antes de ponerse y quitarse la mascarilla. Trate de tocar únicamente las gomas de sujeción. Mover la mascarilla hacia adelante y hacia atrás puede irritar mecánicamente la piel delicada. Evite que la mascarilla roce los labios, de esta manera evitará que se moje.
Este es uno de los mayores errores que cometemos porque tanto en el bolso como en los bolsillos a menudo guardamos otros objetos como llaves, billetera, móvil… Estos objetos los tocamos constantemente a lo largo del día sin desinfectarnos primero las manos.
Consejo: Guarde la mascarilla en una bolsita de algodón que pueda lavarse a menudo y que no sea 100% hermética para que la mascarilla ligeramente húmeda pueda secarse.
Las mascarillas de tela deben lavarse a menudo no superando el numero máximo de la lavados permitidos, en cuyo caso habría que desecharlas. Trate de dejarlas secar al aire después de cada uso. Si utiliza mascarillas de farmacia, respete las indicaciones y deséchelas con la frecuencia recomendada, no solo por protección frente al COVID (que es lo mas importante) sino también por la salud de su piel ya que en el interior de las mascarillas se acumulan muchos gérmenes y humedad concentrada.
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